PLANETAS RETRÓGRADOS Y
ESTACIONARIOS
La retrogradación de los planetas es una percepción óptica
que nosotros tenemos desde la Tierra cuando un planeta interior o inferior nos
adelanta en su trayectoria, o cuando nosotros adelantamos a uno de los planetas
exteriores o superiores. Este movimiento
aparente afecta sólo a los planetas, no a las luminarias (aunque los solsticios y lunasticios serían algo similar),
pero en realidad los planetas nunca se mueven hacia atrás. Lo que nosotros vemos en el cielo cuando un
planeta retrograda no es una línea recta, sino un
bucle, es decir, que no es que vuelva exactamente sobre sus pasos, sino
que da un rodeo en el camino: es como si llegado a un punto de su trayectoria
el camino se cortara y tuviera que coger una senda para salir de nuevo a la
carretera, pero no retorna exactamente por el mismo lugar, recorre la misma longitud pero no la misma latitud o
declinación.
Los planetas retrógrados
indican una debilidad accidental de una energía en el horóscopo. Pero no se debe a que tengan poca
importancia, sino a que se encuentran en un momento de recapitulación e
interiorización de una experiencia, se hace necesario tomar una senda para dar un rodeo y poder retomar luego el camino. La energía representada por el planeta en
lugar de expresarse activa y directamente, se repliega y actúa con lentitud y
cuidado. Es un planeta que no se suele
expresar exteriormente hasta tarde en la vida, cuando la persona siente que
maneja bien la situación y se encuentra preparado.
Son funciones que operan de una manera interna y demoran su
expresión externa. Posiblemente no
hayamos tenido un modelo o ejemplo externo de esas funciones, por lo que se nos
pide es que aprendamos a manejarlas a nuestra manera. Son energías que debemos desarrollar nosotros
solos, a nuestro modo y en nuestro tiempo.
En astrología horaria se recomienda no llevar a cabo
una acción relacionada con el planeta y el emplazamiento por casa y signo en
los momentos en que un planeta está retrógrado, ya que indica que las cosas aún
no están maduras para dar buenos resultados.
Simbólicamente hemos
pasado por una experiencia relacionada con ese planeta antes del nacimiento,
sea en el útero o sea por una experiencia importante que la familia vivió antes
de nacer nosotros, por lo que ya traemos cierto modelo con respecto a
ello. Ahora nos toca elaborar y
comprender adecuadamente el significado de esos sucesos para poder seguir
adelante. Necesitamos volvernos hacia
nosotros mismos para definirnos y definir nuestra posición. Por esta tarea de reflexión que necesitamos
realizar, son cosas que no se suelen llevar a cabo temprano en la vida, sino
que se suelen expresar tarde y con conciencia de lo que hacemos. Los planetas retrógrados indican retraimiento,
pero también autoconocimiento, autoexploración y madurez.
Por ejemplo, Saturno directo creará defensas
externas, se construirá algo que le resguarde.
También adoptará unas normas que haya ido aprendiendo y tomando de
ciertos modelos. Saturno retrógrado
se creará unas defensas internas, aunque parezca expuesto al exterior, su
barrera es interna y tiene una fortaleza interior que le protege. Sus normas y disciplina no son cosa que nadie
le haya impuesto ni que haya aprendido de otros modelos, sino que es él mismo
quien se las pone, crea y gobierna.
Un retrógrado mal aspectado (debilitado cósmicamente)
puede dar incapacidad para manejar y salir de ciertas situaciones por
experiencias pasadas, personales o familiares.
Da falta de valentía para trabajar uno mismo aquello que tiene que elaborar.
Un retrógrado aspectando mal (dignificado
cósmicamente) puede dar inflexibilidad en esos temas, cabezonería por lograr un
modelo personal que uno tiene únicamente por válido.
Un retrógrado bien aspectado y dignificado, da
sabiduría y madurez para enfrentar esos temas, así como capacidad de reflexión
y entendimiento. Indica paciencia y
capacidad para esperar a que las cosas estén maduras para cosecharlas.
Un planeta está estacionario, es decir ubicado en el
mismo minuto de un grado, unos días antes de invertir su movimiento. Los planetas exteriores se encuentran
estacionarios más o menos una semana, mientras que los interiores lo están
menos de 24 horas.
El tiempo de estación de los planetas es:
Mercurio: ½ o 1 día (6 – 12 meses por progresión).
Venus: ½ o 1 día.
Marte: 1 o 2 días.
Júpiter: 2 o 3 días.
Saturno: 4 o 5 días.
Urano: 5 u 8 días.
Neptuno: 6 u 8 días.
Plutón: 6 u 8 días.
Los planetas estacionarios directos y estacionarios
retrógrados también indican una debilidad accidental de esa energía, pero no
tanto como la retrogradación. La energía
se encuentra en un momento de parada o descanso. En la estación directa el planeta está empezando a
replegarse, pero aún está activo en cierta medida, es el momento en que se para
a observar el camino para decidir por donde tiene que ir para salir de nuevo a
la carretera. En la estación retrógrada aún no tiene fuerza
suficiente, pero está saliendo del letargo, es el momento en que ya vislumbra
la salida a la carretera.
Positivamente da estudio y concentración, así como
paciencia y capacidad de recuperación.
Negativamente puede dar obsesiones (dignificado),
indicando un atasco en temas que se expresan de manera ciega y repetitiva. También puede dar pasividad y falta de
decisión (debilitado), indicando inseguridad y miedo al futuro.
Yo equipararía todo el ciclo de un planeta, sea este
inferior o superior, con un proceso de aprendizaje y asimilación de esa energía
planetaria:
La primera trayectoria directa equivaldría a la
asistencia a las clases teóricas, con recogida de apuntes, pero sin asimilación
verdadera.
La estación retrógrada equivaldría al repaso de los
apuntes que hemos tomado.
La fase retrógrada equivaldría al estudio que se hace
en época de exámenes.
La estación directa equivaldría al examen propiamente
dicho.
La trayectoria directa hasta el mismo grado de la
estación retrógrada equivaldría a la recogida de notas, momento de espera
en que solemos dar vueltas a nuestras respuestas, lo que supone un proceso de
mejor asimilación de lo estudiado.