domingo, 28 de mayo de 2017

Los aspectos en sinastría

Conjunción:  Es una relación entre socios, colaboradores o aliados.
Se comparten cualidades, hay un entendimiento inmediato del otro, una conexión y una atracción. Buena sintonía, se comparten ideas, objetivos, formas de ser, principios o valores. Sentimiento de cercanía porque nos parecemos, debido a las similitudes que compartimos. Se puede funcionar muy bien juntos, la colaboración permite el desarrollo individual y facilita la consecución de los objetivos personales representados por los planetas de cada uno, a la vez que se construye algo en común.
Es una alianza de dos personas que se identifican, se “reconocen” porque pertenecen a una misma categoría. El contacto mejora la situación individual de cada uno.
La persona con el planeta dominante sería la que estimula al otro y le permite un desarrollo positivo y gratificante en el área del planeta que le toca.
La persona con el planeta menos fuerte colabora con el otro, le apoya para que, asimismo, logre los objetivos representados por su planeta.

Sextil: Es una relación de hermanos, colegas o camaradas.
Nos sentimos valorados y apreciados  al expresar ese planeta, la otra persona nos recibe bien. Nos sentimos a gusto y refuerza nuestro sentimiento de valor y autoestima en ese área. Sentimiento de comprensión, comodidad y entendimiento. Atmósfera armoniosa que nos produce equilibrio, confianza y satisfacción.
La persona que tiene el planeta dominante refuerza a la otra, lo que le hace sentirse bien, útil y realizado en la función representada por él.
La persona que tiene el planeta menos fuerte se siente apreciada y estimulada a desarrollar con buen acogimiento la función representada por su planeta, lo que fortalece su sentimiento de autorrealización.

Cuadratura:  Es una relación de patriarca-individuo o autoridad-ciudadano.
La clave  de la cuadratura es respetarse.
El camino correcto para enfrentar este aspecto es dejarse espacio, es decir, no entrometerse en el terreno del otro en las funciones y áreas representadas por esos planetas, mantener un cierto alejamiento y dejar que cada uno haga las cosas a su manera.
La persona con el planeta más débil tiene que aprender a defender su terreno y hacerse respetar, no dar al otro poder sobre él, ni valorar su posición en detrimento de la suya. Esto supone que la vida ha puesto a esa persona en su camino para que aprender a desarrollar ese planeta y aprender a luchar por sus derechos.
La persona con el planeta más fuerte debe aprender a ser más respetuoso y tolerante, no invadir el terreno del prójimo y dar cabida en la relación a la expresión de los demás, permitir que el otro se desarrolle según sus capacidades y necesidades, no intentar imponerle lo que para sí mismo es “lo bueno”. Tiene que aprender a desarrollar la función representada por su planeta de una forma adecuada.

Si la pareja no logra mantener esta actitud de respeto, surge el conflicto. La persona con el planeta dominante tratará de doblegar a la otra, controlarla y hacerle cambiar hacia su posición o visión de las cosas. Es una situación de invasión en la que se instalará una guerra fría entre ambos. La persona que tenga el planeta dominado tendrá la sensación de que no le dejan ser ni expresarse, que siempre están intentando ordenar y le frustran
Se crea un choque continuo que no deja avanzar ni mejorar a  la relación, desarrollándose comportamientos extremistas por ambos lados. Uno por exceso de mando y otro por defecto de expresión, acaban parapetándose en sus posiciones y no dejan “pasar” al contrario.

El final tiene dos caminos: separarse, y de mala manera, normalmente provocado por la persona sometida; o vivir en una situación de sadomasoquismo, en el que la persona dominante ejerce el papel de sádico y la dominada de masoquista.

Trígono:  Es una relación de amistad, ahijamiento o de maestro-discípulo.
Relación de mucho estímulo, reconocimiento y apoyo mutuos. Nos vemos muy favorecidos por el otro para el buen desarrollo de los planetas implicados, nos pone las cosas muy fáciles. Sensación de bienestar, cooperación y fluidez en la relación.
La persona con el planeta menos fuerte se siente estimulada y apoyada, lo que le da mucha confianza y sentimiento de valía. El otro le ayuda para lograr sus objetivos debido a que tiene una mayor posición de poder.
La persona con el planeta dominante se siente muy reconocido, con una gran sensación de valía por poder apoyar y ayudar a otro a desarrollarse. Recibe una buena respuesta por su parte, le compensa.

Oposición:  Es cualquier relación que mantengamos de individuo a individuo como seres independientes, como el noviazgo o la rivalidad.
La clave de la oposición es aprender a convivir.
El camino correcto es pelear limpiamente, hay que hacer cabida en la propia vida al otro, reconocerlo como alguien complementario y enriquecedor. Ambos tienen que hacerse más flexibles, dialogantes e integradores, reconocer que el otro tiene sus derechos y su razón y escucharle.

La persona con el planeta más fuerte debe desarrollar magnanimidad y equidad, reconocer los derechos del otro a reclamar su sitio y atender sus peticiones sin son justas.
La persona con el planeta más débil debe aprender a no llevar la contraria por llevarla, a ser más justa y razonable en sus peticiones.

Si no se logra resolver este conflicto ninguna de las dos parte tendrá paz ni tranquilidad, siempre habrá una lucha y un “sin vivir” en las funciones representadas por esos planetas.
El planeta dominante ganará batallas e impondrá su poder (“partido en el gobierno”), pero siempre tendrá una respuesta negativa y contraria del planeta dominado (“partido en la oposición” o “guerrilla”), que no se conformará y atacará.
Aunque se separen, habrá luchas en los tribunales, por dinero, por los hijos..., por lo que sea, porque la oposición no permite desengancharse como la cuadratura, sino que hay que llegar a un pacto o acuerdo. Será una guerra abierta, hay una oposición, hostilidad y competitividad. Cada uno quiere salirse con la suya y actuar a su manera sin dar su brazo a torcer, sin tener en cuenta para nada las sugerencias del otro. Cada uno tiende a actuar su planeta sin “escuchar” al del otro. Hay una rivalidad por falta de acercamiento y diálogo, por incapacidad para entender lo legítimo de las peticiones del otro. Es una relación de lucha por oposición, simplemente porque los deseos de uno rivalizan con los del otro. 
A la persona con mejor posición La vida le ha puesto una “mosca cojonera” en el camino que no le deja llevar a cabo sus funciones ni sus deseos porque en realidad actúa egoístamente y únicamente teniendo en cuenta sus intereses. 
A la persona con peor posición la vida le ha puesto en una puesto inferior porque no está actuando con cordura, sino también egoístamente. Igualmente tiene que aprender a considerar y reconocer las razones y lo bueno de la otra parte.

El resultado es que cada uno se acaba interponiendo en el camino del otro, le corta su desarrollo por conseguir el suyo propio. Es una situación de lucha continua, en la que cada uno va a lo suyo, que conduce al estancamiento y emponzoñamiento de la relación sin resolver nada ni avanzar hacia ningún lado.
La persona dominante ganará batallas e impondrá su poder (“partido en el gobierno”), pero siempre tendrá una respuesta negativa y contraria de la persona dominada (“partido en la oposición” o “guerrilla”), que no se conformará y atacará.

Semisextil: Es una relación de ayuda o “salvavidas”.
Es una relación de ayuda o favor, en la que uno ofrece al otro un ancla o sujeción para que pueda salir adelante, tener una agarradera. Cada uno ayuda al otro a desarrollar el planeta que le aspecta, pero no es gratis del todo, hay que devolver algo a cambio, sea a nivel material o espiritual. Una de las personas presta algún tipo de auxilio o le hace algún favor, pero el otro tiene que corresponderle de alguna manera. Es una relación en la que cada uno sabe lo que le corresponde y la base que le está prestando al otro, se entienden bien en el sentido de “hoy por ti, mañana por mí”, hay un equilibrio en las concesiones, un trato justo.
La persona con el planeta más fuerte será la que preste el favor al otro ayudándole en el terreno del planeta que le toca, pero a cambio va a recibir también algún tipo de beneficio relacionado con su propio planeta.
La persona con el planeta menos fuerte será la que reciba el auxilio del otro, pero le devolverá algo a cambio, le corresponderá a su vez con alguna compensación.

Semicuadratura:  Es una relación de comercio o intercambio.
El camino correcto es ponerse en el lugar del otro, llegar a entender las necesidades de los demás que podemos cubrir y las necesidades propias que tenemos que pedir que nos cubran para que una relación funcione.
La clave de la semicuadratura es aprender a dar y pedir de los demás. Uno pidiendo lo que es justo del otro, y el otro dando lo que realmente puede de sí.
La persona con el planeta más fuerte tiene que aprender a pedir sin exigir ni abrumar, sino haciendo entender al otro lo que él necesita y que sabe que puede concederle, pero sin abusos.
La persona con el planeta más débil tiene que aprender a “dar la talla”, desarrollar el planeta que le toca con calma, intentarlo y hacer un esfuerzo, no quedarse trabado.

Si no se logra esto habrá una continua incertidumbre en la relación, instalándose en  incesantes peleas o abriendo una brecha cada vez más grande que hará que las personas vivan como si estuvieran separadas.

El resultado es tensión y malestar en la relación por exigencias descomunales de una parte, y sensación de impotencia por la otra. La persona dominante exige a la otra más de lo que puede dar, le coacciona y le impone condiciones o metas desorbitadas, nunca está contento con lo que el otro hace o le ofrece, siente que el otro no le da lo que podría, afectando al área del planeta que le toca. Es un aspecto de insaciabilidad. La persona dominada se siente abrumada, exigida y obligada, con una continua incertidumbre y sentimiento de inseguridad, fracaso e inutilidad en el campo del planeta que le toca. Esto puede llevarle a “pasar de todo”, a no volver a intentarlo.
Este aspecto crea una continua sensación de carencia por ambos lados, de que el otro no nos da lo que necesitamos, como si no “se fuera a ningún lado”, sentimiento de estar intentando algo sin ningún resultado, y tropezando siempre con la misma piedra.

Sesquicuadratura:  Es una relación de examen o prueba.
La clave de la sesquicuadratura es aprender a considerar al otro.
El camino pasa por saber escuchar al otro, el uno no ignorando al otro por considerarle “tonto”, y el otro no considerando las críticas del uno constantemente como un ataque, sin nada constructivo.
La persona con el planeta más fuerte debe aprender a valorar al otro, aunque no haga las cosas perfectas no debe estar siempre recalcándole sus faltas, sino ayudarle para que lo haga mejor utilizando el planeta que le corresponde para ello. Debe enseñar al otro a encontrar su propio valor, no quitárselo tratándole con desconsideración.
La persona con el planeta más débil debe aprender a reconocer sus faltas para poder expresar ese planeta de una forma madura y realmente adecuada. Debe reconocer que le falta un aprendizaje y que el otro puede ayudarle a superarse y hacerlo mejor.

Si no se logra resolver el conflicto se llegará a la mutua ignorancia, cada uno hará caso omiso del otro e irá por libre, llegando incluso al desprecio de cada puntualización que se hagan y no importándole en absoluto lo que el otro tenga que decir al respecto. Habrá una falta total de entendimiento en los terrenos de esos planetas y un atrincheramiento cada uno en su posición. Cada uno se creerá en poder de la razón y a la vez se siente incapaz de hacerse entender, cuando en realidad se trata de suavizar las posturas y aprender a escuchar.

El resultado es una falta de valoración, un cierto grado de rechazo hacia el otro en el campo simbolizado por su planeta, mientras que esta persona tiene una sobrevaloración  con respecto a ese mismo terreno. Esto lleva a una falta de colaboración y de entendimiento por ambas partes, que va minando las fuerzas de ambos y la relación.
La persona con mejor posición rechaza algo del otro, lo desprecia en ese terreno porque considera que no lo está haciendo bien. Pero con su actitud le está continuamente dando de baja y aleccionándole, en cierta manera le aplasta.
La persona peor posicionada también tiene un problema, porque se cree mejor de lo que es en ese terreno, en realidad está expresando esa cualidad de forma inadecuada o inmadura, pero él piensa que lo hace bien y no se le valora. No sabe escuchar lo que el otro puede aconsejarle. Puede caer en una situación de sobrecarga.

Quincucio: Es una relación de matrimonio, asociación o de jefe-empleado.
Cada una de las personas cede o renuncia en parte a sí misma o a algo que posee a favor del otro, para conseguir un beneficio mutuo y un buen funcionamiento de la relación. Pero no es algo que nos pese hacer ni que suponga una privación o mengua de la propia vida, sino al contrario. Cada uno se enriquece con lo que el otro posee, ponen algo propio para edificar sobre ello algo en común, cada uno colabora con lo que tiene. Ambos invierten lo que tienen para lograr algo. En realidad es un negocio, en el que cada socio aporta su capital, sea este monetario, de trabajo, espiritual...
La persona con el planeta más fuerte será la que más ponga en la relación, pero porque lo desea y sabe que con ello va a lograr un beneficio mayor del que ya posee.
La persona con el planeta menos fuerte será la que más “gane” con el intercambio, pero a su vez se sentirá valiosa porque lo que ella puede ofrecer también contribuirá a mejorar la situación de ambos.

Quintil:  Es una relación de profesor-alumno o adelantado aprendiz.
Es una relación con la que ambos disfrutan, lo pasan bien y sienten que están aprendiendo o ganando algo, que de alguna manera es provechosa. Uno enseña algo al otro, le sirve para desarrollar la cualidad del planeta que le toca, pero lo hace a través del juego o de alguna manera que resulta agradable (sería ese profesor que nos cae bien y nos lo pasamos bien en su clase). Tanto uno como otro está adquiriendo experiencia en los campos representados por los respectivos planetas a través de su relación con el otro.
La persona con el planeta más fuerte será la que enseñe más a la otra, porque será quien más sepa o esté más experimentada.
La persona con el planeta menos fuerte será la que más aprenda en la relación, pero a la vez el otro estará también experimentándose a través de ella.

Biquintil:  Es una relación de aventuras amorosas o de consejero-consultante.
Relación en la que uno sirve de guía o consejero al otro, que con su ayuda va desarrollando en un nivel cada vez más elevado las cualidades del planeta que le corresponde, va adquiriendo sabiduría (no sólo experiencia) en ese terreno. Indica que una de las personas (la del planeta más débil) se encuentra en algún problema que el otro le va a ayudar a resolver.
La persona con el planeta más fuerte actúa como guía u orientador del otro, le va dirigiendo pero sin hacer las cosas por él, utilizando la comprensión y dejando que el otro haga para que vaya cultivándose. Interviene sólo cuando hay que enderezar una dirección o comprensión errónea. No es una persona que fuerza a la otra, sino que le enseña. Con esta acción él va adquiriendo a su vez, mayor sabiduría sobre su propio planeta, pero va a hacer las cosas por sí mismo, el otro sólo le orienta. Tampoco es que sea alguien que le va a dar una protección y ayuda fuerte, que sería el trígono.
La persona con el planeta menos fuerte siente que puede acudir al otro en busca de consejo, que le va a ayudar sin interferir, sólo dando una opinión acertada y que despeje el camino. Con el tiempo va ganando mayor dominio sobre su planeta y sintiendo que puede manejar las cosas correctamente y por sí mismo.

Serie del 7:  Es una relación educativa o formativa.
La clave del septil es la adquisición de madurez en la vida, ya que en este tipo de relación tanto una persona como otra pecan de esto, no sacar el sentimiento de valía a expensas de otro o renunciar a uno mismo para que nos cuiden, siendo ambos comportamientos infantiles. En los dos casos se está enmascarando un miedo a quedarnos solos y a que nos abandonen. Se trata de aprender a tener una vida propia y también saber estar solos.
El camino pasa por dejarse libertad, aprender a vivir por uno mismo sin estar siempre pegado al otro. Atreverse a dejar salir al otro o a salir solo, y aprender a confiar y comprobar que por ello no pasa nada.
La persona con el planeta más fuerte debe dejar de interferir y controlar al otro, dejarle en libertad para que “se las apañe”, y con ello a la vez renunciar a vivir de él, buscarse su propio sustento, sea este material, emocional o espiritual.
La persona con el planeta más débil debe dejar de buscar siempre que el otro haga las cosas por él o le diga cómo tiene que actuar. Debe liberarse y atreverse a hacer las cosas por sí mismos, no enganchado al otro.

Si no se logra esto se crea una relación de parasitismo, en la cual la persona dominante se lleva todos los beneficios, viviendo a costa y perjudicando a la persona dominada, que se ve metida cada vez en más embrollos y no es capaz de salir, pero lo consiente.

El resultado es que uno ejerce una mala influencia y un dominio sobre el otro, que se sitúa en una posición de dependencia y enganche. No es como la cuadratura, ya que esta implica un sometimiento forzoso, el septil indica que la persona dominada de alguna manera se deja, quizás por un complejo de inferioridad o por concepciones erróneas sobre el planeta que le toca. Una relación  típica es una pareja en la que uno nunca sale o hace nada sin el otro (la relación gurú-adepto en una secta podría entrar aquí, pero tienen un componente mucho más fuerte que la incluye en la cuadratura).
La persona dominante se da demasiada importancia y adquiere una preponderancia a expensas de la otra. Le manda mensajes de que no vale para nada, y que el único que vale es él y lo suyo, la interfiere y controla, de manera que va adquiriendo el control sobre la vida del otro. La persona dominada se somete “voluntariamente” o sin darse cuenta, creyendo que el otro está por encima suya y en realidad le está ayudando, y que tiene razón. En realidad esconde un sentimiento de inferioridad y de falta de autoestima.

Serie del 9: Es una relación entre congéneres.
Es una relación de gente que mantiene un contacto asiduo aunque no se llegue a la amistad, teniendo ambos una actitud receptiva. Ambos se benefician porque se hacen compañía y sirve de escape por el simple trato con otras personas. Sirve para no perder el contacto con el mundo, no aislarnos y volvernos locos. Uno ayuda al otro a abrirse.
La persona con el planeta más fuerte sirve de mayor estímulo al otro, será el más sociable y el que más abra al otro. A cambio recibirá una buena respuesta y receptividad por parte de la otra persona.
La persona con el planeta menos fuerte acogerá de buen grado el acercamiento de la otra persona, ya que le vendrá bien y le es agradable su compañía.

Serie del 10 :  Es una relación de cortesía.
Es una relación de en la que dos personas se ven todos los días y se saluda pero no tienen trato realmente.  Únicamente se comportan de forma adecuada y se abren la puerta si es necesario, por ejemplo con una persona mayor, un niño o un discapacitado.
La persona con el planeta más fuerte sería el que realiza la acción cortés.
La persona con el planeta más débil recibe ese acto.

Serie del 11:  Es la relación con los amigos o los familiares de los demás.
La clave es aprender a no interferir en la vida de los demás, ser capaces de ver a los demás y entender que nuestros actos pueden tener un efecto en sus vidas aunque no nos demos cuenta.
El camino pasa por aprender a respetar el espacio o el tiempo de otras personas en la vida de ambos, sean amigos, familiares, compañeros...
La persona con el planeta más fuerte debe mantener una actitud respetuosa y no interferir por actitudes egoístas o desconsideradas.
La persona con el planeta menos fuerte debe aprender a dejarse ver o notar para que los demás no actuaran como si no existiera.

Si no se logra, se crea un conflicto en el que el ambiente de una de las personas prevalecerá, mientras que el ambiente de la otra no tendrá cabida en la relación.
La persona con el planeta más fuerte absorberá todo el espacio y el tiempo de la otra penetrando con sus relaciones.
La persona con el planeta menos fuerte verá que sus propias relaciones no tienen cabida en la vida del otro.


El resultado será un progresivo dominio del tiempo y el espacio por parte de una de las personas con sus relaciones y un abandono de las relaciones del otro.  La reacción puede ser un progresivo alejamiento de las dos personas por falta de compartir cosas de la vida del otro, o la aceptación de la persona con el planeta más débil de las relaciones y el ambiente del otro mientras que renuncia a sus propias amistades y familia.

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