Las revoluciones y retornos son un tipo especial de
tránsito, ya que se refiere al momento en que un planeta regresa al mismo punto
de su posición natal. El término
revolución se reserva para los planetas interiores, ya que regresan todos los
años a su posición, y para la Luna, que regresa todos los meses. El término retorno se aplica a los planetas
exteriores, ya que tardan más tiempo en regresar a sus lugares radicales, desde
los 2 años de Marte hasta los 248 años de Plutón.
Normalmente las revoluciones se tratan levantando una carta
astral para esos momentos concretos, es decir, se para el cielo en ese momento
y se interpreta como un tema nuevo, aunque enlazándolo con el tema natal. Esto supone que hay casas nuevas que estudiar,
y sirve para hacer predicciones sobre el tema que representa el planeta hasta
el momento en que vuelve de nuevo a su lugar radical.
Pero los retornos simplemente se interpretan tratándolos
como tránsitos por el tema natal, aunque sean momentos importantes en lo
referente a esos planetas. Esto sitúa a
los planetas en las casas radicales, sin añadir sectores adicionales que
estudiar. Creo que las revoluciones
podrían tratarse de la misma manera, ya que añadir una carta nueva cuando
tenemos la natal para situar los tránsitos complica el estudio, creando en
realidad la carta de algo o alguien que naciera en ese momento, y no de alguien
que ya existe.
Revoluciones y retornos sirven para centrar la
interpretación sobre un tema en particular durante un período de tiempo. Cada planeta tiene su propio ciclo, y las
cosas regidas por él también, momento tras el cual hay un nuevo comienzo:
El Sol tiene un ciclo de un año, igual que el ciclo de las
estaciones, la Luna tiene un ciclo de un mes, igual que el ciclo de las mareas
o el ciclo menstrual de las mujeres...
Mercurio y Venus también tienen un ciclo más o menos anual, según se
pongan retrógrados o no; Marte tiene un ciclo bianual; Ceres de unos 5 años;
Júpiter, de 12 años; Saturno de 30 años; Quirón de 52 años; Urano de 84 años;
Neptuno de 164 años; y Plutón de 248 años.
Estos ciclos indican que cada cosa en la vida necesita un
tiempo para realizarse, hay cosas que se repiten y otras que nunca llegan a
completarse en el transcurso de una vida humana.
Para estudiar la revolución o el retorno de un planeta hay
que tratar ese momento como el comienzo de un nuevo ciclo en las cosas regidas
por el mismo: la revolución de Venus nos informaría sobre cómo nos va a ir en
el área romántica, social o económica durante ese nuevo ciclo, y las cosas que
tenemos que llevar a cabo y aprender a tratar; la revolución del Sol nos
informaría de nuestro desarrollo como individuos y nuestra realización vital...
Si tratamos las revoluciones y retornos como tránsitos, las
casas en las que caen los planetas que vuelven a su lugar son las mismas que
las natales, lo cual indica que se activarán de nuevos esos sectores para que
desarrollemos nuestras potencialidades.
Si tratamos las revoluciones como una carta nueva, la casa
en la que caen los planetas en retorno indicarían los sectores que se van a
activar para ese tema durante ese ciclo en particular.
Los aspectos que recibe el planeta en el momento justo del
retorno indican otras áreas o acontecimientos que el individuo está activando y
viviendo en ese momento y que harán que el cometido del planeta sea más fácil o
más difícil de llevar a cabo. Hay que
prestar especial atención al aspecto que forme con su regente, si lo hay.
Pero, mientras que si lo tratamos como una carta nueva, esos
aspectos se van a ver activados especialmente cuando uno de los planetas
rápidos pase por ellos en tránsito; si lo tratamos como un tránsito hay que ir
viendo cómo esos aspectos van mudando a lo largo del ciclo.
Los aspectos señalan cómo se va a llevar a
cabo la experiencia señalada por el planeta, creando esfuerzos y conflictos los
aspectos tensos, y apoyos y ayudas los aspectos fluidos. Las conjunciones tienen una lectura
especial, como formación o materialización de algo: Venus en revolución
conjunción Luna, formación o nacimiento de una relación.
Es importante ver si se producen varias revoluciones o
retornos simultáneamente, ya que indicarían períodos claves en la existencia.
Particular importancia tienen en la vida ciertos períodos
que coinciden con los retornos de los planetas más lentos, especialmente los de
Saturno (hacia los 30, 60 y 90 años) y Quirón
(hacia los 52 años, el siguiente sería a los 103 años), y en menor medida los
de Júpiter (hacia los 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84 y 96 años).
Urano completa su ciclo al final de la media de duración de
la vida humana (hacia los 84 años), y Neptuno (164 años) y Plutón (248 años) no
llegan a completar su ciclo. En estos
tres caso es importante estudiar los momentos en que estos planetas realizan
aspectos mayores con su posición radical, así como el semisextil y el
quincuncio:
Urano realiza el semisextil a los 7 y 77 años,
el sextil a los 14 y los 70 , la cuadratura a los 21 y 63, el trígono a los 28
y los 56, el quincuncio a los 35 y los 49
y la oposición a los 42. Neptuno
realiza el semisextil a los 13 años, el
sextil a los 27, la cuadratura a los 41, el trígono a los 55 (el otro trígono
sería a los 109), el quincuncio a los 68 y 96
y la oposición a los 82.
Plutón realiza el semisextil a los 20 años, el
sextil a los 41, la cuadratura a los 62 y el trígono a los 82 (el quincuncio
sería a los 103 y la oposición a los 123).
También se pueden estudiar estos aspectos para los ciclos de
Saturno y de Quirón.
Saturno realiza el semisextil a los 2 , 27,
32, 57, 62, 87 y a los 92 años, el sextil a los 5, 25, 35, 55, 65, 85 y a los 95 años, la cuadratura a los 7, 22,
37, 52, 67, 82 y a los 97 años, el trígono a los 10, 20, 40, 50, 70, 80 y a los
100 años, el quincuncio a los 12, 17, 42 , 47, 72, 77 y el último sería a los
102 años y la oposición a los 15, 45, 75 y la última sería a los 105 años.
Quirón realiza el semisextil a los 4, 47, 56 y
a los 99 años, el sextil a los 8,43, 60 y a los 95 años, la cuadratura a los
13, 38, 65 y a los 90 años, el trígono a los 17, 34, 69 y a los 86 años, el
quincuncio a los 21, 30, 73 y alos 82 años y la oposición a los 25 y a los 78
años.
Los años en que los ciclos de distintos planetas se
superponen unos a otros marcan etapas
arquetípicas de la existencia humana.
Todas estas fechas son aproximadas, no para todas las personas
corresponden exactamente a la misma edad, ya que dependen de los ciclos de los
planetas. Los planetas no tienen el mismo ritmo todos los años, tardando unas
veces más y otras menos en formar los aspectos con su lugar radical y en
realizar su retorno.
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