Ya
las culturas megalíticas de la Prehistoria tenían un cierto conocimiento
astronómico. Dólmenes, menhires y
atalayas parecen servir para medir los cambios de declinación del Sol, los
cuales determinan las estaciones y los cambios de temperatura y clima. Este “zodíaco” de tipo declinación
sobrevive hoy en los paralelos y contraparalelos.
También es posible que se usara un zodíaco de las
constelaciones, que, aunque no se puede determinar con exactitud, lo más
probable es que estuviera referido a la Luna.
Con el paso del tiempo hay pueblos que se hacen sedentarios,
y entre estas civilizaciones hay una serie de personas que se dedican al
estudio para determinar las mejores épocas para las tareas: será entre estas
gentes donde aparecerán los primeros astrónomos-astrólogos, y donde surgirán los
zodíacos solares. Aunque se siguiera utilizando el zodíaco lunar, la
subsistencia no depende ya tanto del pastoreo y la recolección, sino de la
agricultura, y son los ciclos estacionales del Sol los que marcan las
épocas propicias para las labores.
En Mesopotamia aparece un zodíaco sideral que delimitaba el
recorrido de la luna por 18 constelaciones y que se denominó El Camino de la
Luna. Después surge un zodíaco sideral
que describe el recorrido del Sol por el cielo y que estaba constituido por 15
constelaciones. Por último, se define la
eclíptica, el camino aparente del Sol alrededor de la Tierra, y se toman como
referencia 12 constelaciones, para hacer una aproximación al número de meses
del año.
Los signos del zodíaco son un artificio
matemático-geométrico sobre el que se construye el zodíaco tropical, al
dividirse la eclíptica en tramos o sectores. Hace su aparición en época helenística,
y estos signos zodiacales no son las constelaciones, sino un cinturón de 17º, a 8º-9º a ambos lados de la eclíptica, dividido en 12
secciones de 30º cada una.
Cuando se ideó el zodíaco tropical los signos coincidían más
o menos con las constelaciones que tenían cerca, de las cuales tomaron el
nombre. La idea era hacer coincidir la
división de la eclíptica en 360º con la división del año solar en 365 días,
aunque esta concordancia no fuera perfecta.
Se ajustó el principio del zodíaco con el principio del año solar, es decir,
con el equinoccio de primavera, que en aquella época se encontraba a 0º de la
constelación de Aries o El Carnero, convirtiéndose de esta manera el signo de
Aries en el primer signo del zodíaco. Fue más tarde, en el imperio romano,
cuando se hizo comenzar el año el 1 de enero, razón por la cual el principio de
nuestros meses no coincide con el principio de los signos del zodíaco, sino que
estos abarcan la última parte de un mes y la primera de otro.
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